La adopción de la Inteligencia Artificial (IA) se está disparando a una velocidad sin precedentes. Un fenómeno especialmente notable es que muchos docentes y colaboradores están incorporando herramientas de IA por iniciativa propia, sin una guía o aprobación formal por parte de sus organizaciones.
Con ello, entidades cognitivas no humanas se han sumado—muchas veces de manera silenciosa—a los procesos y acciones en escuelas, universidades y empresas. Esta práctica, si bien impulsa la innovación y la productividad, también plantea interrogantes importantes:
1. Seguridad y privacidad: ¿Existen protocolos claros para proteger la información sensible que se comparte con soluciones de IA?
2. Calidad y transparencia: ¿Cómo aseguramos que los contenidos generados por IA cumplan con estándares de rigor y exactitud?
3. Ética y responsabilidad: ¿Quién responde si la herramienta de IA comete errores o reproduce sesgos involuntarios?
El desafío para las organizaciones es claro: estructurar una estrategia que integre formalmente las herramientas de IA, estableciendo lineamientos claros para su uso y aprovechando su potencial para mejorar procesos educativos y laborales.
La pregunta ya no es si debemos integrar la IA en nuestras organizaciones, sino cómo hacerlo de forma responsable, colaborativa y segura. El rol de cada líder y docente será clave en este viaje hacia un futuro donde las soluciones de IA son cada vez más aliadas en nuestro día a día, pero ¿qué sucede con la capacitación? No me refiero a los aspectos básicos instrumentales del uso de estos asistentes, sino, en especial, a los aspectos humanos en juego, como el aprender a pensar con tecnologías, reconocer nuestros propios sesgos y limitaciones. De hecho conozco a más de una persona que "ahoga" a las IA con tantos promts hiperdetallados y logran un efecto opuesto: respuestas pobres, encorsetadas por el propio prompter. También hay quienes usan la IA de manera totalmente ingenua e inconsciente. Y en el medio una inmensa escala de grises. Todo esto coexistiendo al mismo tiempo!